¿Qué es el storytelling y por qué es importante en el liderazgo?
Mucho antes del mundo empresarial y de reconocer al liderazgo como la disciplina imprescindible que hoy conocemos, las mujeres y los hombres se reunían alrededor del fuego escuchando a otra persona contar las historias de los hombres que vivieron antes que ellos, y de hombres antes de esos hombres, sobre los tiempos de caza y recolección, de cómo y cuántos murieron o de, sí, claro, cómo llegaron a convertirse en el pueblo que ahora son. Cuando una sola persona es dueña de la atención de los demás para transmitirles un aprendizaje de manera formidable a través de una historia, eso es storytelling.
Hoy es igual: seguimos reuniéndonos alrededor de esa mujer o ese hombre que puede conmovernos con una historia. Los mejores oradores son grandes contadores de historias. Y los grandes empresarios. Y claro, los mejores escritores son storytellers. No hay un gran líder que no haya sido un gran contador de historias. Las historias nos conectan. Cuando alguien cuenta una historia o cuenta también sus propias experiencias, la audiencia puede sentir que se encuentra ante un relato auténtico con el que puede conectar: se identifica.
¿Por qué aplicar el storytelling en el liderazgo?
Una gran labor en la profesión del liderazgo es generar influencia en la gente. En realidad, el liderazgo es influencia, sin ella las personas difícilmente aceptarían la misión del líder como propia. Pero, para generar influencia en la gente y lograr que cumpla con la parte que le corresponde, se tiene que armar un rompecabezas de distintas piezas, de las cuales podemos mencionar a las tres principales: carácter, carisma y capacidad de comunicación.
El storytelling es una habilidad que fortalece al carisma y la capacidad de comunicación como herramientas en el liderazgo; si se utiliza bien podemos lograr en nuestro equipo que los mensajes sean bien recibidos y las instrucciones bien ejecutadas ¿Por qué? Porque las historias nos comprometen emocionalmente. Y si de algo podemos estar seguros es que las personas hacen que las cosas sucedan cuando sienten una conexión emocional. Puede el anterior no ser un gran secreto, sin embargo, se cuentan por muy pocos a los jefes, supervisores o líderes que logran que las personas se conecten con su trabajo y se interesen por él, lo que resulta difícil de creer porque no hay mejor modo de convencer a la gente que la apertura a contar pasiones, tristezas, dolores, disputas y, desde luego, éxitos y resoluciones.
¿Cuándo utilizar el storytelling en el liderazgo?
El arte del storytelling es una cualidad que vale la pena aprender en el liderazgo y ciertamente podemos comenzar desde un principio básico: el líder debe decidir salir del silencio privado, es decir, compartir una historia que conozca como inicio de una nueva conversación, así de simple. El storytelling debe ser utilizado cuando pretendes impregnar una idea en la mente de las personas y quieres generar unidad y convicción. Cuando una historia conmueve, en el sentir de los demás, las personas pueden encontrarse y desarrollar un equipo en el que unos cuidan de otros porque han encontrado al otro en sí mismos y se han encontrado a ellos mismos en el otro. Se crea una comunidad fuerte y conectada.
¿Cómo hacer storytelling?
El valor formativo de las historias es único porque operan como una reflexión que motiva. Todos buscamos cierta certeza y estructura; saber que la vida es, hasta cierto punto, predecible, que los problemas son manejables y resolubles. La base para hacer storytelling es sencilla, se resume en contar una historia, pero…, una historia que tenga estructura sobre tres principios básicos: un individuo o un grupo tiene un plan; ese plan y la persona enfrentan una crisis que someten al individuo a atravesar momentos difíciles, finalmente hay una resolución: la persona logra su cometido, o quizá no. En todo caso, la historia nos deja con un aprendizaje útil para nuestra propia experiencia.
Con la práctica, la habilidad para hacer storytelling mejora y será mucho más fácil tener sensibilidad para manejar el ritmo —el tempo—, el vocabulario y el uso de la gramática, de los silencios y las pausas, de la tensión nerviosa de la gente, factores que inciden en el éxito de la historia. También se vuelve más sencillo aprovechar la mutabilidad de las historias, es decir, adaptar la historia al mensaje que pretendemos llevar sin que pierda su esencia, porque lo creamos o no, no hay historia igual a sí misma desde el inicio, y la mutabilidad favorece porque ofrece la oportunidad de llevar una gran variedad de mensajes, algo bastante válido en el storytelling.
Ejemplo de cómo hacer storytelling
El siguiente es un fragmento del libro‹‹El talento nunca es suficiente›› del autor John C. Maxwell, experto en liderazgo y uno de los mejores storytellers. Si bien es cierto que un mensaje hablado es más corto que un mensaje escrito y no tiene el mismo nivel de detalle, el principio sigue siendo el mismo.
En julio del 2000, Vonetta Flowers aterrizó en Sacramento, California lista para competir en las pruebas de las Olimpiadas de Estados Unidos y poder ser parte del equipo estadounidense que viajaría a Sydney Australia a los juegos de verano. Había entrenado toda su vida para esto.
Vonetta había soñado con estar en las Olimpiadas desde que era una niña. Ella corría por todos lados, y cuando a los nueve años tuvo la oportunidad de participar con el club de carreras urbano llamado los Alabama Striders en Birmingham; con gusto la aceptó. Cuando el entrenador observó la lista de tiempos de los atletas que corrieron vio que V. Jeffrey había tenido el mejor tiempo de todos los niños en la escuela Jonesboro. Se sorprendió al darse cuenta que el mejor tiempo le pertenecía a Vonetta, ¡una niña de tercer grado!
Vonetta rápidamente se convirtió en una estrella junto con los corredores del club.
Una excelente atleta, Vonetta participó durante el bachillerato en la pista de carreras, en voleibol y básquetbol y fue nombrada la jugadora más valiosa del equipo de atletismo por tres temporadas. En la universidad ella se enfocó exclusivamente en atletismo, compitiendo en las carreras de 200 y 400 metros, salto largo, salto triple, heptatlón y carrera de relevos. Siete veces ella fue nombrada ‹‹All American››.
A los veintiséis años, Vonetta competía como una atleta selecta, y estaba rumbo a ir con el equipo a Sydney. Había intentado estar en el equipo de 1996 a los veintidós años, compitiendo en la carrera de 100 metros con vallas y salto largo, pero no pasó la prueba. Eso fue muy difícil para ella, pero había soñado con competir en las Olimpiadas desde que tenía nueve años, así que decidió esforzarse cuatro años más, retrasó tener hijos, y lo volvió a hacer una vez más. ‹‹Después de la universidad, mientras trabajaba como entrenadora asistente de pista›› escribe Flowers, ‹‹continúe mi propio entrenamiento. Dediqué horas y horas a levantar pesas, comer bien y a mantenerme mentalmente fuerte. Supe que mi tiempo de atleta estaba por terminar y esperaba que las pruebas de las olimpiadas del 2000 fueran mi año para descubrir al fin lo que realmente se siente ser una atleta olímpica››. A pesar de todas sus esperanzas, todos sus esfuerzos, todo el talento y el mejor esfuerzo de Vonetta en las pruebas del 2000, eso no fue suficiente. No terminó con un salto lo suficientemente bueno como para incluirla en el equipo. Diecisiete años de entrenamiento terminaron en fracaso.
¿RENDIRSE O CONTINUAR?
Sin embargo, algo pasó mientras estaban en Sacramento. Su esposo Johnny vio un cartel en uno de los pasillos, que decía:
Continúa tu sueño olímpico probando en el equipo de trineo.
Los candidatos deben poder realizar lo siguiente:
30 metros
60 metros
100 metros
Cinco saltos consecutivos
Salto vertical
Lanzamiento
Llama a Bonny al (número) o ven a la pista de la secundaria Davidson el (fecha) para las pruebas.
Johnny estaba muy emocionado, pero Vonetta no. Ella no sabía nada acerca de los trineos, nunca había vivido cerca de la nieve y todavía estaba decepcionada por el fracaso en las pruebas de los juegos de verano.
Vonetta se encontraba en una encrucijada. Su talento parecía no tener límites, sin embargo, no la logró llevar a alcanzar su sueño. Ahora aquí había otra oportunidad, pero no era su deporte. Ni siquiera se encontraba en sus Olimpiadas, los juegos de verano. Y aunque tuviera éxito para pasar la ‹‹audición›› tendría que empezar de nuevo en un deporte y en algo con lo que no estaba familiarizada, el hielo. Necesitaría un grado de perseverancia más allá de lo que ya había mostrado.
De manera renuente Vonetta acordó ir a las pruebas. Se dio cuenta de que su experiencia como corredora y saltadora, además de su capacitación con las pesas, la habían preparado bien para convertirse en una guarda frenos de trineo (una persona que empuja el trineo y monta junto con el capitán). Le tomó dos años aprender, entrenar y competir, además de sobrevivir el dramón de telenovela de los capitanes que cambiaban guarda frenos múltiples veces, pero finalmente realizó su sueño de ir a las Olimpiadas; no como atleta de pista en los juegos de verano, sino como atleta de trineo en los juegos de invierno. Y en el año 2002, su perseverancia le pagó más allá de sus sueños. Para sorpresa de todos, Vonetta y su capitán, Jill Bakken, ganaron la medalla de oro. Y con ello, Vonetta pasó a los libros de récords como la primera afroamericana en ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de invierno.
En la historia se muestra que una persona ordinaria puede conseguir lo extraordinario sólo por voluntad y espíritu y sin necesidad de poseer talentos excepcionales o únicos. Las acciones de individuos comunes generan identificación en los demás: “si esas personas ordinarias haciendo lo ordinario pueden obtener resultados, ¿por qué no yo?” Ese mismo sentimiento consigue el storytelling en la gente, y en el liderazgo puede ser extremadamente valioso.
¿Podemos imaginar el impacto en las personas después de escuchar historias como la anterior? ¿Sería más fácil persuadir? ¿La gente aceptaría los mensajes con menos renuencia? La respuesta es un rotundo sí. El storytelling es una habilidad que eleva en automático el nivel de liderazgo y lo mejor, podemos comenzar desde donde estamos. Quizá en un futuro no seremos los mejores storytellers, pero podemos estar seguros que tampoco estaremos en donde comenzamos.
Notas:
Talent Is Never Enough, 2007 por John C. Maxwell. Grupo Nelson Inc. Tennessee, Estados Unidos de América.
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Para seguir aprendiendo sobre liderazgo
El éxito y el liderazgo te pertenecen por derecho. No importa el lugar que ocupes en el organigrama o cuáles sean tus circunstancias personales, estos libros te enseñan a apoderarte de tu fuerza extraordinaria. Be‧Líder recomienda los 10 mejores libros sobre liderazgo:
- Como ser un líder – Daniel Goleman
- Cómo ganar amigo e influir sobre las personas – Dale Carnegie
- Las 21 leyes irrefutables de liderazgo – John C. Maxwell
- Cómo ganarse a la gente – John C. Maxwell
- Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva – Stephen R. Covey
- Inteligencia emocional – Daniel Goleman
- Las 48 leyes del poder – Robert Greene
- Liderazgo: el poder de la inteligencia emocional
- El líder que no tenía cargo – Robin Sharma
- Las 21 cualidades indispensables de un líder- John C. Maxwell