Si dos personas demandaran tu atención y tiempo, la primera un nivel abajo en la escala jerárquica y la otra un nivel por encima tuyo ¿A quién se los darías? La respuesta improbable es que atiendas primero a quien está por debajo. Casi siempre preferirías atender la petición de alguien que está un nivel arriba y después, solo cuando tengas tiempo, a la otra persona. Esa diferencia en tiempos de respuesta y atención se puede utilizar para definir un mapa de la jerarquía en una empresa, sin conocer incluso en donde desempaña cada persona. Y este mapa refleja un principio casi universal: prestamos más atención a aquellos que tienen más poder que nosotros, y nos fijamos menos en los que tienen menos del que nosotros ejercemos.
Cuando la atención depende de los niveles de poder, la empatía también se practica en la misma línea. Si dos desconocidos se contaron el uno al otro sus ahogos personales, la persona de menos poder social expresaría una mayor empatía hacia el otro. Este factor de la vida social representa un peligro para los líderes: después de todo, los líderes están en un nivel superior que la gente a la que dirigen y, sin embargo, para ser efectivos deben sobresalir en capacidades que se basan en la empatía, como la persuasión y la influencia, motivar y escuchar, el trabajo en equipo y la colaboración, por lo que deben romper con un muy remarcado sesgo social.
¿Cómo detectar las señales de un déficit de empatía?
Primero debes saber que hay tres tipos de empatía:
1. La empatía cognitiva, en la que sientes cómo piensa la otra persona con respecto al mundo, lo que significa que puedes poner lo que tienes que decir en términos que esa persona lo vaya a comprender.
2. La empatía emocional, en la que reconoces de manera instantánea cómo se siente la otra persona.
3. La preocupación empática, en la que expresas la manera en que te preocupas por la otra persona ayudándola en lo que has percibido que necesita.
La mejor manera de detectar las señales de un déficit de empatía en el liderazgo en alguno o en todos los tipos, es fijarse en el impacto que las acciones del líder tienen sobre aquellos a los que lidera. Las tres señales más comunes son las siguientes:
- Los mensajes que carecen de sentido para aquellos que los reciben son una señal de que el líder no entiende cómo piensan sus empleados con respecto a su mundo, y fracasa a la hora de sintonizar con el lenguaje que serviría para que ellos comprendan el trabajo que se delega. Otro indicio de baja empatía cognitiva: las estrategias, planes u objetivos que no tienen mucho sentido o parecen fuera de lugar para aquellos que deben ejecutarlos.
- Comunicados o, peor aún, órdenes que enfadan a quienes las reciben. Esto es indicio de un líder que no sabe leer con exactitud la realidad emocional de sus empleados, y, por tanto, a ojos de los demás parece despistado.
- Mostrar actitudes que parezcan frías o poco sensibles hacia temas que inquietan a las personas del equipo, lo que es indicio de una carencia de preocupación empática. Sentir que al líder no le interesa hace que la gente se pongan a la defensiva y teman asumir riesgos tales como la innovación.
Los líderes en niveles más elevados son los que quizás están en mayor peligro de sufrir un déficit de empatía, por una sencilla razón: a medida que vas subiendo peldaños en la escala laboral menos y menos personas se muestran francas contigo y están dispuestas a ofrecerte un feedback sincero sobre lo que otras personas piensan de ti.
Una de las maneras de prevenir el déficit de empatía podría ser crear una red informal de colegas que sean sinceros contigo (tal vez de fuera de la empresa), y mantener un contacto regular con ellos; o lo mismo con amigos de confianza en todos los niveles dentro de la propia empresa. Los líderes que mantienen un elevado nivel de contacto, que pasean por su lugar de trabajo y dedican tiempo a conocer bien a sus empleados, se protegen a sí mismos contra el déficit de empatía. Lo mismo sucede con líderes que crean una atmósfera de trabajo en la que la gente se siente segura mostrándose sincera, incluso con su jefe.
Para seguir aprendiendo sobre liderazgo
El éxito y el liderazgo te pertenecen por derecho. No importa el lugar que ocupes en el organigrama o cuáles sean tus circunstancias personales, estos libros te enseñan a apoderarte de tu fuerza extraordinaria. Be‧Líder recomienda los 10 mejores libros sobre liderazgo:
- Como ser un líder – Daniel Goleman
- Cómo ganar amigo e influir sobre las personas – Dale Carnegie
- Las 21 leyes irrefutables de liderazgo – John C. Maxwell
- Cómo ganarse a la gente – John C. Maxwell
- Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva – Stephen R. Covey
- Inteligencia emocional – Daniel Goleman
- Las 48 leyes del poder – Robert Greene
- Liderazgo: el poder de la inteligencia emocional
- El líder que no tenía cargo – Robin Sharma
- Las 21 cualidades indispensables de un líder- John C. Maxwell