El autor y experto en liderazgo, John Maxwell dijo acertadamente en su momento:
“A la gente no le importa cuánto sabes, hasta que sepan cuánto te importan”.
Las capacidades cognitivas y las competencias técnicas adquiridas por la experiencia, juegan un papel importante para ganar un lugar en el liderazgo. Pero, una persona puede tener el mejor entrenamiento del mundo, una mente incisiva y analítica, y una provisión interminable de buenas ideas, y aun así puede no ser un gran líder. De hecho, no es nada raro ver que en las empresas se apuesta por escalar a personas con dichas capacidades hacia un puesto como líder, pero con el tiempo fracasan estrepitosamente. Lo máximo que pueden decir cuando se les pregunta sobre una declaración de intenciones que sirva de guía para su equipo es: “cumplir los objetivos”. Eso es porque la genialidad que se necesita para ser un gran líder es más que una capacidad para resolver problemas técnicos, fríos y deshumanizados.
Llegar a un puesto en el que tengas que liderar a un equipo de trabajo, es un acontecimiento muy noble y con mucho mérito, lo importante es que, una vez que llegas ya no puedes apostar tu éxito a tu conocimiento acumulado. Necesitas demostrar algunas capacidades peculiares. Los líderes más inspiradores son capaces de conectar emocionalmente con la gente para articular valores compartidos que despiertan la vibración del grupo y lo motiven. Esos son los líderes con los que a la gente le gusta trabajar, líderes que saben poner de manifiesto una visión que movilice a todo el mundo porque hablan de corazón a corazón. Hacen sentir muy humanos a cada uno de los integrantes del equipo. Tienen empatía.
La enfermedad más común del liderazgo, según Daniel Goleman, consiste en no saber escuchar. Si quieres sacar lo mejor de las personas, tienes que escucharlas para que tengan la impresión de haber sido realmente tratadas como lo que son, personas. Porque prestamos una especial atención a las cosas que aparentemente importan más, pero en medio del ruido y las distracciones, la escucha pobre es una auténtica epidemia en los líderes. Y, sin embargo, cuando te limitas a escuchar atentamente en silencio los comentarios de la gente, te darás cuenta que los puntos de vista de ambas partes no son tan incompatibles.
La empatía y la conexión son particularmente importantes como componentes del liderazgo por la imperiosa necesidad de mantener en nuestro equipo a la gente que vale la pena. Hay que entender que nuestra competencia (la empresa que tenemos a un lado) ha estado construyendo una maquinaria sin rostro exactamente igual a la empresa para la que trabajas. Y cuando los empleados han de elegir entre opciones sin caras, eligen sin más a la que más les pague. Si queremos orientar a las personas hacia nosotros, tenemos que competir por sobre la retribución económica.
Hay que tener en profunda consideración los sentimientos de los colaboradores, saber por intuición lo que la gente siente y reconocer sus temores mediante sus palabras. Pero, para lograrlo tenemos que hacer un compromiso sincero, no podemos simplemente ponernos una máscara cada día. Requiere que determinemos, por medio de un análisis reflexivo, la manera en que nuestro liderazgo emocional afecta a los estados de ánimo de la gente, y que a partir de ese análisis ajustemos, con el mismo compromiso, nuestro comportamiento.
Cuando te vuelves más humano y conectas con las personas de tu equipo, aquellos a los que liberaste para que fueran artistas, alcanzarán niveles más altos que no puedes imaginar. Cuando la gente se da cuenta de que ya no es una pieza más del engranaje, un elemento fácilmente sustituible, acepta el reto y crece. Produce más de lo que le pagan por hacer, porque les estás pagando con algo más que el dinero. Hacen más por decisión propia, valoran la calidad por ella misma y quieren entregar un buen resultado. ¡Necesitan hacer un buen trabajo! Cualquier cosa por debajo les parecerá deshonesta y una pérdida de tiempo. A cambio les estás tratando como personas y no como números; te conectas emocionalmente – algo que no tienen precio -. Todos somos personas y la gente – así como tú – ansia humanidad, conexión y el respeto.
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- Como ser un líder – Daniel Goleman
- Cómo ganar amigo e influir sobre las personas – Dale Carnegie
- Las 21 leyes irrefutables de liderazgo – John C. Maxwell
- Cómo ganarse a la gente – John C. Maxwell
- Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva – Stephen R. Covey
- Inteligencia emocional – Daniel Goleman
- Las 48 leyes del poder – Robert Greene
- Liderazgo: el poder de la inteligencia emocional
- El líder que no tenía cargo – Robin Sharma
- Las 21 cualidades indispensables de un líder- John C. Maxwell