El trabajo de un líder es llevar a las personas al cumplimiento de una meta o un objetivo. Como líder, tienes que dirigir a personas muy diversas. Lo difícil del liderazgo está en sacar provecho de esa diversidad; es decir, lograr que todos utilicen sus habilidades, talentos, motivos y experiencias diferentes y los combinen en una sinergia que convierta a un grupo de personas en un equipo de trabajo. Si tu gente no trabaja como equipo y no utiliza todo su potencial, no tendrá oportunidad de hacer cosas significativas.
Dicho claramente, la gente no se reunirá por sí sola para trabajar en conjunto ni crecerán por su cuenta. Necesitan que alguien les ayude a desarrollarse y les enseñe cómo colaborar para alcanzar las metas. En otras palabras, necesitan que seas líderes y un entrenador.
¿Cómo guiar a las personas para que alcancen grandes resultados?
Conseguir que las personas trabajen como un equipo es una gran victoria que se logra con mucha dedicación; un líder debe enseñar a su gente a complementarse. No es fácil cultivar en las personas el hábito de la generosidad y que tengan la capacidad de ayudar a otros desinteresadamente, y mucho menos valores como el respeto y la honestidad. También es un desafío conseguir que las personas actúen de manera ética y con integridad, sobre todo cuando aprenden a través de nuestro ejemplo. Sin embargo, debemos recordar:
El ingrediente más importante para el éxito de un líder, es saber relacionarse con su gente y de influir en su comportamiento a través de su propio ejemplo.
Para guiar a la gente y llevarla a convertirse en un equipo exitoso, tienes que hacer más que dirigir y delegar; debes trabajar para que cada una de las personas consiga descubrir todo el potencial que hay en ellas. Para tal objetivo es necesario cumplir con los siguientes tres roles:
1. Modelo. La gente hace lo que observa. Casi todos aprenden el 90 % de lo que saben por medio de lo que observan. Si deseas que tu gente desarrolle las cualidades para trabajar en equipo, es necesario que tú las pongas en práctica. Si deseas que sean dedicados, entonces debes mostrar tu compromiso también. Si quieres que las personas pongan al equipo por encima de sus propios deseos, entonces tú debes sacrificar tus intereses personales. Las personas no se ayudarán unas a otras si no muestras tu propia capacidad para ser solidario. Enseñar con el ejemplo genera confianza en nuestro equipo.

2. Mentor. Un buen ejemplo es el mejor lugar donde comenzar porque demuestra integridad. Pero el entrenamiento apenas comienza. Un buen líder también es un mentor para su equipo. Alguien que les ayuda a crecer para alcanzar su máximo potencial. Un mentor añade mucho valor sobre quienes ejerce influencia. Él no ve a las personas como son, sino como podría llegar a ser si alcanzarán su máximo potencial, y enfoca sus esfuerzos para que se conviertan en esa persona.
Los líderes también dan consejos. Pero hay una diferencia importante entre un consejero y un mentor. Un consejero da su opinión y se aparta. Un mentor camina junto a las personas en los lugares y momentos más difíciles del camino. Él guía y navega. Los grandes entrenadores no miran pasivamente desde afuera de la cancha, sino que se involucran activamente en el partido.

3. Motivador. Para que un grupo de personas se junten como equipo y puedan lograr su meta, es necesario que pasen de la posibilidad a la acción. Hay que comenzar de inmediato. Eso requiere motivación. Las personas exitosas están altamente motivadas, pero no todos son así. A veces necesitan un empujón para arrancar. Y todos, no importan cuán exitosos sean, sacan provecho de los empujones de motivación.

Si deseamos que nuestro equipo tenga éxito, tenemos que motivar a nuestros jugadores. Hay que inspirarlos con la visión que tenemos del futuro. Agradezcámosles por sus contribuciones. Mostremos como sus metas concuerdan con las del área, y que sepan que cuando el equipo gana, ellos también saldrán ganando.
Nunca dejemos pasar la oportunidad de animar a nuestra gente. Cada líder puede convertirse en un mejor guía para cada una de las personas. Los beneficios son asombrosos. Cuando tu grupo comience a pensar que es un equipo, cuando empiecen a sacrificarse el uno por el otro, cuando comiencen a trabajar unidos por una sola meta, gran parte de nuestro trabajo estará hecho.
Ser un líder es más que querer dirigir. Los líderes tienen empatía por otros y una aguda habilidad de encontrar lo mejor en las personas, no lo peor, al preocuparse verdaderamente por ellos.
Henry Gruland
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Para seguir aprendiendo sobre liderazgo
El éxito y el liderazgo te pertenecen por derecho. No importa el lugar que ocupes en el organigrama o cuáles sean tus circunstancias personales, estos libros te enseñan a apoderarte de tu fuerza extraordinaria. Be‧Líder recomienda los 10 mejores libros sobre liderazgo:
- Como ser un líder – Daniel Goleman
- Cómo ganar amigo e influir sobre las personas – Dale Carnegie
- Las 21 leyes irrefutables de liderazgo – John C. Maxwell
- Cómo ganarse a la gente – John C. Maxwell
- Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva – Stephen R. Covey
- Inteligencia emocional – Daniel Goleman
- Las 48 leyes del poder – Robert Greene
- Liderazgo: el poder de la inteligencia emocional
- El líder que no tenía cargo – Robin Sharma
- Las 21 cualidades indispensables de un líder- John C. Maxwell