Los seis estilos de liderazgo de Daniel Goleman
El liderazgo coercitivo se basa en el control y la autoridad, donde se esperan resultados sin discusión ni colaboración significativa.
¿Qué es el liderazgo coercitivo?
El líder que practica un estilo de liderazgo coercitivo o también llamado autoritario, es impulsado por el deseo de alcanzar un estándar de excelencia alto y se orienta a resultados rápidos. Se dispone a aprovechar las oportunidades para alcanzar los objetivos y entre sus principales cualidades destaca una gran calibración emocional, lo que lo caracteriza por tomar decisiones racionales y frías en lugar de humanizadas y emocionales. Un líder coercitivo hace uso de su poder para favorecer a la operación más que a los intereses de los subordinados, sobre todo en culturas de trabajo que ensalzan más la proeza del cumplimiento de las metas y no tanto el beneficio para la colectividad por su impacto en la satisfacción de las necesidades humanas, y específicamente las que se ubican en el dominio del crecimiento personal, autoestima y autorrealización.
El siguiente caso es un ejemplo que explica muy bien las características de un líder coercitivo y cómo este estilo afectó al clima laboral:
Caso práctico de liderazgo coercitivo
El área de maquinados se encontraba en crisis; el nivel de rechazo de material en el siguiente proceso era alto y las eficiencias de las máquinas estaban cayendo, los Gerentes estaban alborotados. El Gerente de operaciones incorporó a un nuevo Supervisor que tenía la reputación de ser un artista en darle un vuelco a las cosas. Se puso a trabajar recortando puestos de trabajo, modificando horarios laborales, formando nuevas células de trabajo y tomando las difíciles decisiones que deberían haberse tomado tiempo atrás. Así, el área se salvó, al menos, en el corto plazo. Sin embargo, desde un inicio el nuevo Supervisor creó un reino de terror, intimidando y humillando a sus operadores, gritando su descontento frente al más mínimo error. La plantilla se redujo no sólo por sus despidos erráticos, sino también por las renuncias. La gente, temerosa de la tendencia del supervisor a culpar al portador de malas noticias, dejaron de llevarle noticias por completo. La moral nunca había estado más baja, un hecho que se reflejó en otra caída del área después de su recuperación de corto plazo. Finalmente, el Supervisor fue despedido por la Gerencia.
No es difícil comprender por qué de todos los estilos de liderazgo el coercitivo es el menos eficaz para la mayoría de las situaciones. Afecta significativamente el clima laboral de un área de trabajo de forma negativa haciéndola poco flexible ya que la toma de decisiones es extremadamente lineal de arriba hacia abajo, con lo que el líder mata las ideas antes de nacer y lleva la moral hasta lo más bajo. La gente se siente tan poco respetada que mejor evita llevar ideas hacia arriba porque las descartarán. Igual que la iniciativa, el sentido de responsabilidad de las personas se evapora: incapaces de actuar por decisión propia, pierden el sentido de pertenencia y sienten poca responsabilidad hacia su desempeño. Algunos se resienten tanto que adoptan una actitud de pesimismo absoluto.
El liderazgo coercitivo también tiene un efecto perjudicial sobre los agentes motivadores. La mayoría de los trabajadores de alto desempeño son motivados por algo más que el dinero: reconocimiento de su jefe y satisfacción de un trabajo que está bien hecho. El estilo coercitivo erosiona tal orgullo. Y finalmente, este estilo socava una de las herramientas primordiales del líder, motivar a las personas mostrándoles cómo su trabajo es importante dentro de una misión mayor y compartida. Tal pérdida se traduce en un menor compromiso y poca claridad en el trabajo hasta que las personas comienzan a preguntarse “¿qué importancia tiene mi trabajo?”.
Dado el impacto negativo del estilo coercitivo, podríamos suponer que este concepto nunca debería ser aplicado, pero como todos los estilos de liderazgo, este tiene sus ventajas y desventajas. Puede funcionar con maestría en algunas ocasiones muy específicas donde se requiere un carácter dominante y autoritario, como se muestra en el siguiente caso en el que el liderazgo coercitivo resultó muy efectivo en una situación de crisis ya que fue aplicado con precaución y de manera muy puntual:
Caso práctico de una acertada fuerza coercitiva
Tomemos el caso de un Supervisor que fue incorporado para cambiar la orientación de un área de inyección de plástico que estaba perdiendo dinero por un alto nivel de desperdicios. Su primera acción fue cambiar el lugar donde se hacía la junta de presentación de KPI´s (indicadores clave de productividad), de la oficina a la línea de producción. Para él, la sala de trabajo simbolizaba la formalidad asentada en la tradición que estaba paralizando al área. Por consiguiente, trasladó el pizarrón de resultados a las líneas de producción para hacer ahí las juntas y tener participación del personal operativo. Eso envió un mensaje que no pasó desapercibido para nadie de las áreas de servicio y del personal de producción. Como resultado la cultura del área cambió rápidamente.
Dicho esto, el estilo coercitivo sólo debería ser usado, como diría Daniel Gomelan, «con una cautela extrema y en las pocas situaciones en las que sea absolutamente imperativo».
En esos casos, una de la principales ventajas del estilo coercitivo es que puede romper los hábitos de trabajo erróneos y mover a las personas para que adopten nuevas formas de trabajo y disciplina. Siempre es apropiado durante una emergencia genuina, como después de una contingencia ambiental, un alto nivel de reclamos por parte de nuestros clientes o a causa de un bajo nivel de calidad en nuestros productos. Y puede funcionar con empleados problemáticos con quienes ha fallado todo lo demás y solo queda utilizar la coerción. Pero si un líder depende únicamente de este estilo o sigue usándolo una vez que la emergencia ha desaparecido, el impacto a largo plazo de su rigidez y poca sensibilidad sobre la moral y los sentimientos de aquellos a quienes lidera será fatal.
En el libro Cómo ser un líder, Daniel Golema hace una magnifica comparativa entre los seis estilos de liderazgo más eficaces basados en aptitudes de Inteligencia Emocional, y nos enseña a utilizarlos para generar un impacto positivo en el clima emocional de la organización. Es uno de los mejores libros de liderazgo de todos los tiempos.
Resumen del liderazgo coercitivo
El modus operandi del líder.
Exige cumplimiento inmediato.
¿Qué frase define al líder afiliativo?
“Haz lo que te digo”.
Competencias
Orientación al logro, iniciativa y autocontrol.
¿Cuándo funciona mejor?
Para una transformación o con empleados problemas.
¿Cuándo no funciona?
Cuando la gente tiene un gran sentido de pertenencia e iniciativa.
Impacto general sobre el clima
Negativo.
Temario
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- Como ser un líder – Daniel Goleman
- Cómo ganar amigo e influir sobre las personas – Dale Carnegie
- Las 21 leyes irrefutables de liderazgo – John C. Maxwell
- Cómo ganarse a la gente – John C. Maxwell
- Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva – Stephen R. Covey
- Inteligencia emocional – Daniel Goleman
- Las 48 leyes del poder – Robert Greene
- Liderazgo: el poder de la inteligencia emocional
- El líder que no tenía cargo – Robin Sharma
- Las 21 cualidades indispensables de un líder- John C. Maxwell