¿Qué se requiere para ser un líder influyente? ¿Es necesario nacer con capacidades especificas o un gran sentido de intuición para tener éxito en el liderazgo? La respuesta es que no. El liderazgo es un conjunto de modos de proceder observables que se pueden aprender. Por eso es que en repetidas ocasiones se puede escuchar el tan trillado discurso sobre el crecimiento como el camino más corto hacia el éxito en el liderazgo. Pero, no por trillado deja de ser verdadero; lo mejor que alguien puede hacer por sí mismo como líder es seguir creciendo. Sin embargo, en el proceso de crecimiento y de ejercer el propio liderazgo, el líder enfoca toda su atención en trabajar tan diligentemente para fortalecer su cualidades como el carácter, la inteligencia emocional, la persuasión o el carisma que se olvida de cosas básicas y fundamentales que también son modos de proceder para ganarse a las personas y que a veces generan un impacto mayor al que se puede imaginar. Elogiar a la gente es una de estas cosas elegantes por su simplicidad. Los elogios no solo aumentan la aceptación y el vínculo de la gente con el líder, sino que además empodera y anima a las personas para que entreguen una mejor versión de sí mismas. Elogiar a las personas ayuda mucho, pero si se hace frente a un público retribuye exponencialmente.
Razones para elogiar en público
Hay una diferencia no tan sutil entre un elogio en privado y un elogio que se hace público. Cuando se elogia en privado aumentas la autoestima de las personas, pero cuando se hace en público elevas la moral a un nivel mucho mayor que liberas en ellas una poderosa fuerza motivacional. Aquí hay algunas razones por las cuales es tan importante elogiar en público:
1. La gente quiere sentirse valiosa en la vida
Todas las personas quieren sentirse valiosas; un elogio en privado confirma su valor. Pero la gente quiere que los demás lo sepan, está en la naturaleza competitiva de todos. Así que lo mejor que puedes hacer es reconocer su valor y hacerlos sentir importantes frente a otros, cuidando de no convertir el acto en una competencia poco sana que afecte el clima laboral a través de comparaciones, insinuaciones o desprestigiando a otros, ni mucho menos utilizando el logro de la persona que elogias como la única medida de éxito para los demás. Cuando reconoces el valor de la gente estás en buena posición para ganarte su lealtad, su apoyo y su confianza.
2. Los elogios valen más cuando se dan en el momento correcto
Aunque puede sonar despectivo, la realidad es que no todos los elogios son iguales. Hasta tú valoras un elogio dependiendo de quien lo da y enfrente de quien. No tiene el mismo peso un elogio en una conversación ocasional frente a uno o dos colegas que un elogio dado por tu jefe frente a un grupo de personas que respetamos durante una junta de trabajo.
3. Los elogios fortalecen a las personas
Los elogios generan convicción en la gente. Por ejemplo, cuando elogias la actitud de una persona, la estás reforzando y esa persona probablemente mostrará la misma actitud en el futuro. De igual manera, cuando elogias las metas de las personas, estás ayudando para que se vuelvan más reales que sus dudas. ¿Reconoces en cada una de las personas su máxima fortaleza? Si es así, entonces elogia esa fortaleza.
4. Los elogios en público mejoran la ética de trabajo
Elogia a la gente para apreciar su trabajo duro aun cuando no sean de los mejores. Cuando elogias a las personas sin que lo esperen, logras que experimenten una sensación de triunfo que con el tiempo va transformando su ética de trabajo hasta que se ven en la necesidad de trabajar con diligencia para recibir más elogios. Pero ten cuidado de hacerlo con mucha sensibilidad y cautela para que no parezca una recompensa a la mediocridad. Comienza elogiando lo que creas que es correcto, como las formas, el esfuerzo, los valores, los métodos, pero no los resultados. Con el tiempo sus resultados serán la razón para elogiar a la persona.
Conclusión
Piensa en la última vez que alguien te elogió en presencia de gente que te importaba mucho. ¿Cómo te hizo sentir? Hay pocas cosas que nos pueden animar tanto como un elogio sincero. Pero, un elogio sincero y en público, incrementa nuestra motivación hasta lo más alto. Eso es lo que puedes hacer por tu gente. Olvídate de dar elogios sólo en privado -en privado se resaltan las áreas en donde una persona tiene que mejorar, o como diría la frase: “se felicita en público y corrige en privado”-. En lugar de eso elogia en público tanto como puedas. Mejora el clima laboral, eleva la moral, detona el potencial en la gente y crea relaciones saludables con el equipo.
Hay momentos especiales en las vidas de todos, y la mayoría de ellos vienen por los elogios que otra persona nos ha hecho. No importa cuán grande, famosa o triunfadora sea la persona, todos deseamos el aplauso.
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- Como ser un líder – Daniel Goleman
- Cómo ganar amigo e influir sobre las personas – Dale Carnegie
- Las 21 leyes irrefutables de liderazgo – John C. Maxwell
- Cómo ganarse a la gente – John C. Maxwell
- Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva – Stephen R. Covey
- Inteligencia emocional – Daniel Goleman
- Las 48 leyes del poder – Robert Greene
- Liderazgo: el poder de la inteligencia emocional
- El líder que no tenía cargo – Robin Sharma
- Las 21 cualidades indispensables de un líder- John C. Maxwell